Tendencias para impulsar el crecimiento y rentabilidad empresarial.
Innovación y liderazgo: cómo los directores financieros están redefiniendo su rol en México
La alta dirección en México enfrenta un panorama complejo marcado por grandes retos, desde la inflación, la inestabilidad arancelaria, el cambio climático, el avance tecnológico acelerado, hasta la carencia de talento especializado. A continuación, profundizaremos en cada uno de estos desafíos.
Los constantes cambios en la aplicación de aranceles por parte de Estados Unidos (E.E. U.U.), incluyendo a las exportaciones provenientes de México, son un buen ejemplo de cómo el panorama geopolítico continúa influyendo en el comercio mundial.
Los resultados de la Global CEO Survey 2025 revelaron que los directores generales identificaron a los retos macroeconómicos, la inflación y los conflictos geopolíticos como las principales amenazas para sus empresas en los próximos seis meses. Al agregar el incremento de los aranceles, impuesto por el presidente Trump, dichas amenazas tienen el potencial de desencadenar una serie de efectos que impactan la estabilidad y el crecimiento económico mundial.
Hoy, la alta dirección tiene el desafío de planificar a largo plazo en un contexto muy particular. La inestabilidad arancelaria complica la formulación de proyecciones financieras y el desarrollo de estrategias sostenibles. Asimismo, la certeza en los costos de exportación disminuye, dificultando la toma de decisiones en inversión, producción y contratación, y reduciendo los márgenes de beneficio.
Además, la previsible complejidad en la gestión de la cadena de suministro podría aumentar la necesidad de realizar ajustes en la logística, producción y distribución. El objetivo es evitar retrasos, aumentos de costos e interrupciones en el flujo de mercancías.
Sin embargo, una estrategia de gestión de riesgos permitiría a las empresas en México enfrentar estas amenazas y oportunidades de transformación de sus negocios. Aquellas organizaciones que mejoren sus cadenas de suministro, implementen herramientas financieras estratégicas y diversifiquen mercados, además de reducir el impacto de las tarifas arancelarias, podrían mejorar su posición para un crecimiento sostenido a largo plazo.
Si bien los retos en materia sostenibilidad pueden variar según la industria, ubicación y las expectativas de las partes interesadas, el cumplimiento normativo y la responsabilidad legal son temas de particular relevancia para los líderes empresariales en México.
Los marcos regulatorios están evolucionando rápidamente en nuestro país, especialmente en las áreas relacionadas con la sostenibilidad. A partir del 1 de enero de 2025, entraron en vigor las Normas de Información de Sostenibilidad (NIS), emitidas por el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera (CINIF). Las NIS A-1 y NIS B-1 son las primeras normas de esta serie.
¿Qué es?
La NIS A-1 define qué se entiende por sostenibilidad en el contexto de la información financiera y de negocio, y cómo debe presentarse la información para que sea útil.
¿Cuál es su función?
Busca coherencia con el marco conceptual de las Normas de Información Financiera (NIF) para que la información de sostenibilidad sea vista como un complemento integral a la información financiera tradicional.
¿Qué características debe poseer la información requerida de sostenibilidad?
• Relevancia: puede influir en las decisiones de los usuarios
• Representación fiel: completa, neutral y libre de error
• Comparabilidad: permite identificar similitudes y diferencias entre distintas entidades o periodos
• Verificabilidad: puede confirmarse de manera independiente, demostrando que es una representación fiel
• Oportunidad: disponible a tiempo para influir en las decisiones de las partes interesadas
• Comprensibilidad: clara y concisa, permitiendo entender su significado
¿Qué es?
La NIS B-1 establece el conjunto de información mínima y esencial que las entidades financieras deben revelar sobre su desempeño y sostenibilidad.
¿Cuál es su función?
Estandarizar y hacer obligatoria la revelación de 30 Indicadores Básicos de Sostenibilidad. Esto permite a las empresas transparentar sus impactos y desempeño ASG de una manera comparable y consistente, ayudando a inversionistas, reguladores y clientes en la evaluación de la gestión de sostenibilidad de las entidades.
¿Qué tipo de métricas considera?
Considera métricas que cubren las tres dimensiones de sostenibilidad: ambiental, social y de gobernanza. Estas incluyen datos cuantitativos (como emisiones de gases de efecto invernadero o consumo de agua) y cualitativos (descripciones de políticas de ética o derechos humanos), que buscan ofrecer una visión holística del desempeño de sostenibilidad de la empresa.
La Global Investor Survey 2024 destaca que la mayoría de los inversionistas espera que las empresas:
Procuren la presentación de informes de sostenibilidad al mismo nivel que la presentación de informes financieros
Revelen cómo los planes de sostenibilidad se alinean con su modelo de negocio y sus perspectivas de crear valor a largo plazo
El creciente interés internacional por la transparencia en sostenibilidad y la convergencia de las NIS con las Normas Internacionales de Información a Revelar sobre Sostenibilidad (IFRS S, por sus siglas en inglés) pueden impulsar a los líderes ejecutivos a adoptar un rol proactivo.
Profundizar en los aspectos clave de las NIS A-1 y B-1 contribuye a fortalecer a la competitividad mediante el cumplimiento, atrayendo inversión y fortaleciendo la confianza de los grupos de interés. De esta manera, las prácticas sostenibles no solo son éticamente correctas, sino también son estratégicamente inteligentes, al preparar a las empresas para enfrentar futuros desafíos y oportunidades de manera más efectiva.
La transformación digital en las empresas va más allá de la mera adopción de tecnologías de vanguardia; también implica reinventar las operaciones y generar valor en un entorno cada vez más digital. En un mercado repleto de soluciones tecnológicas, uno de los diferenciadores clave radica en la habilidad de integrarlas estratégicamente para lograr objetivos de negocio concretos.
Para la alta dirección que busca pisar el acelerador en su transformación digital, es crucial comprender las fortalezas de cada tecnología y su alineación con los objetivos estratégicos. A falta de una solución única, identificar las herramientas que pueden generar un impacto en el entorno empresarial es fundamental para elegir aquellas que mejor se adapten a la organización.
Automatiza tareas simples y complejas, usando la automatización robótica de procesos (RPA, por sus siglas en inglés), la inteligencia artificial (IA) y el machine learning (ML) para ayudar a mejorar un amplio rango de procesos de negocio. Implica integrar diversas herramientas y tecnologías para coordinar y automatizar el flujo de trabajo de manera integral.
Mientras que la IA se enfoca en crear máquinas capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, el ML es un subconjunto de la IA dedicado a desarrollar algoritmos que permiten a las computadoras aprender de los datos, sin necesidad de ser programadas explícitamente. A medida que estos algoritmos procesan más datos, mejoran su capacidad para identificar patrones, hacer predicciones y emular el proceso de aprendizaje humano en las máquinas.
Es el proceso de examinar, depurar, transformar y modelar datos para encontrar información valiosa, extraer conclusiones y respaldar la toma de decisiones. Puede involucrar una variedad de técnicas, desde estadísticas básicas hasta algoritmos de ML más complejos, para identificar tendencias, patrones y anomalías en los datos.
Permite acceder a recursos tecnológicos (servidores, almacenamiento, bases de datos, software y análisis a través de internet) sin necesidad de grandes inversiones en infraestructura propia. Ofrece flexibilidad, escalabilidad y rentabilidad, adaptándose a las necesidades del negocio y permitiendo el acceso a las últimas actualizaciones de sistemas, como ERP y CRM.
Es importante considerar que, a medida que las empresas adoptan nuevas tecnologías y aumenta su dependencia en los datos, la superficie de ciberataque se amplía. Por lo tanto, más que un complemento, la ciberseguridad es un componente integral de cualquier proceso de transformación digital.
De igual forma, las regulaciones tecnológicas, como la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares en México, juegan un papel crucial en la protección de la privacidad y la seguridad de la información. Normas como estas imponen marcos regulatorios a las empresas para cuidar la información personal, establecen reglas claras y sanciones, en caso de incumplimiento. Además, impulsan la cooperación internacional en temas de privacidad.
El Barómetro de la IA en el mundo laboral 2025, edición México, destaca que la inteligencia artificial está redefiniendo los puestos de trabajo rápidamente y creando más empleos de los que desplaza. El reporte también señala que la demanda de títulos académicos está disminuyendo para trabajos con un alto nivel de automatización, lo que sugiere que el liderazgo estaría ante la necesidad de adaptar sus estrategias de contratación hacia estas nuevas competencias.
Frente a este contexto, es esencial que los sistemas de IA en los procesos de contratación sean justos y libres de sesgos. Para ello, se recomienda revisar con regularidad los algoritmos y los datos utilizados para evitar algún resultado sesgado. Asimismo, es recomendable que los programas internos de formación continua se centren en habilidades digitales y técnicas relevantes.
También es aconsejable crear un comité de innovación para monitorear los avances tecnológicos y su impacto en la industria, ayudando a guiar la estrategia de contratación y desarrollo de habilidades.
1. Desarrolla una narrativa de cambio positivo: explica a tu equipo cómo las nuevas tecnologías pueden beneficiar a la empresa y su desarrollo personal.
2. Implementa modelos de contratación flexibles: considera contratos por proyecto o temporales para responder a las demandas del mercado.
3. Fomenta la resiliencia y la adaptabilidad: prioriza el desarrollo de habilidades blandas (soft skills).
4. Proporciona incentivos para el aprendizaje: ofrece recompensas para motivar la adquisición de nuevas habilidades tecnológicas.
5. Promueve la movilidad interna: permite a los colaboradores explorar nuevos roles alineados con sus habilidades y aspiraciones.