Si bien las perspectivas de fusiones y adquisiciones en servicios financieros a nivel mundial durante este año se han visto condicionadas por importantes incertidumbres económicas y geopolíticas, el interés por las grandes operaciones sigue en aumento, impulsado por la creciente presión hacia la consolidación y la transformación en los sectores bancario, de gestión de activos y patrimonios, así como en el de seguros.
En el primer semestre de 2025, el valor de las operaciones globales de servicios financieros creció aproximadamente un 15 % en comparación con el mismo periodo de 2024, a pesar de que el volumen de operaciones se redujo en un 1 %. Este incremento en el valor responde al mayor protagonismo de transacciones de gran envergadura, una tendencia ya anticipada en nuestra perspectiva de fusiones y adquisiciones para 2025 publicada en enero.
Durante este periodo se registraron diez megaoperaciones (aquellas superiores a 5 billones de dólares), frente a seis en el primer semestre de 2024 y diez en el segundo semestre de ese mismo año.
Entre las más relevantes se encuentran: la propuesta de adquisición de Worldpay por parte de Global Payments, valorada en 25 billones de dólares; la oferta pública de adquisición de Mediobanca por Monte dei Paschi di Siena, por 13.9 billones de dólares; y la compra de la división de Soluciones para Emisores de Global Payments por parte de FIS, por 13.5 billones de dólares. Dos de estas operaciones se concentraron en el sector de pagos y una en el bancario.
Para estos y otros actores, la necesidad de adaptarse a una dinámica competitiva en constante cambio está impulsando las operaciones en diferentes geografías y subsectores, compensando en parte las incertidumbres generales del mercado vinculadas a las perspectivas económicas y a la preocupación por los aranceles, lo que ha generado un enfoque de inversión más cauteloso.
Consideramos, sin embargo, que el contexto actual también abre una ventana de oportunidad para que los negociadores adopten un papel proactivo y tomen decisiones audaces que definan su futuro. No obstante, algunos parecen haber optado por hacer una pausa en espera de mayor claridad sobre las condiciones del mercado.
En el caso de las firmas de capital privado, las salidas continúan siendo complejas, mientras que el número de candidatos a oferta pública de venta (OPV) ha crecido a medida que las bolsas se recuperan de la volatilidad provocada por los anuncios arancelarios de abril.
En un tono más optimista, varias empresas han manifestado su intención de retomar sus OPV una vez que el entorno mejore, y anticipamos que algunas de ellas llegarán al mercado en los próximos meses o años. Un mercado de OPV más dinámico podría, además, generar un efecto positivo adicional sobre la actividad de fusiones y adquisiciones.
De cara al futuro, las instituciones financieras mantienen su búsqueda de economías de escala y de una transformación digital, motores clave de la actividad transaccional en los últimos años. Sin embargo, también comienzan a ganar relevancia otras tendencias que impactan en todo el ecosistema de servicios financieros.
Un ejemplo significativo es el crecimiento del crédito privado, que no solo ha llevado a las firmas de capital privado a expandirse y diversificarse en este sector, sino que también representa una oportunidad de crecimiento para las gestoras de activos y las aseguradoras, como detallaremos más adelante.
Otro aspecto crucial es el rumbo de la regulación bancaria, especialmente en Estados Unidos. Una posible flexibilización de los requisitos de capital para las instituciones financieras podría liberar más recursos. Esto ayudaría a financiar fusiones y adquisiciones. También podría impulsar inversiones en tecnología y mejorar la experiencia del cliente. Esto es importante porque las entidades quieren competir con nuevos participantes en el mercado.
El crédito privado —entendido como los préstamos directos otorgados por entidades no bancarias, como fondos de inversión, a prestatarios corporativos— se ha consolidado como uno de los principales motores de crecimiento en los servicios financieros durante la última década, y al mismo tiempo como uno de sus mayores desafíos.
Con activos bajo gestión que rondan los 2 billones de dólares a nivel mundial, el crédito privado ha alcanzado una escala en la que compite directamente con los préstamos bancarios apalancados. Por su propia naturaleza, este tipo de crédito está menos regulado y se negocia menos que los préstamos bancarios tradicionales, lo que ha atraído progresivamente a grandes empresas de capital privado interesadas en diversificarse y en construir ecosistemas financieros más amplios.
Firmas de renombre como Apollo, Blackstone, Fortress y KKR han puesto un fuerte énfasis en expandir sus capacidades en crédito privado, incluso mediante la adquisición de aseguradoras o carteras bancarias. Estas operaciones han incrementado de forma significativa el tamaño de sus activos bajo gestión.
Aunque el crecimiento del crédito privado se ha basado principalmente en los préstamos directos, en los últimos años se ha expandido hacia otras áreas de la cadena de valor de la deuda, como las finanzas estructuradas basadas en activos. Además, no solo las firmas de capital privado perciben este segmento como una nueva vía de crecimiento: también ha comenzado a atraer a aseguradoras y gestoras de activos.
En este contexto, el crédito privado ya no se limita a ser una simple clase de activo, sino que está emergiendo como un área clave para la actividad de fusiones y adquisiciones. Entre los ejemplos más recientes se incluyen la adquisición por parte de M&G Investments de una participación mayoritaria en P Capital Partners, una firma europea de crédito privado; la propuesta de Brookfield para adquirir una participación mayoritaria en la gestora de activos alternativos Angel Oak, con el objetivo de expandir su negocio en este segmento; y la propuesta de PNC Bank para adquirir Aqueduct Capital, una sociedad de bolsa especializada en la captación de capital para estrategias de capital privado y crédito privado.
Más allá de consolidarse como una clase de activo independiente, el crédito privado está desempeñando un papel esencial como facilitador de las fusiones y adquisiciones. Su capacidad para financiar operaciones de gran envergadura de manera ágil, con estructuras a medida y ofreciendo un nivel de certeza financiera difícil de igualar por los prestamistas tradicionales, lo posiciona como un elemento estratégico en la evolución de los servicios financieros.
Los requisitos de capital que deben cumplir los bancos estadounidenses están actualmente bajo revisión. Comentarios recientes de los reguladores sugieren que podrían introducirse cambios en el denominado ratio de apalancamiento suplementario, que establece la cantidad de capital de nivel 1 que los bancos deben mantener en relación con su apalancamiento total.
Este ratio se implementó tras la crisis financiera mundial de 2008 y, desde entonces, los bancos estadounidenses han sostenido que los penaliza por mantener activos de bajo riesgo, como los bonos del Tesoro estadounidense.
En las últimas semanas, tanto el secretario del Tesoro como el presidente de la Reserva Federal han discutido públicamente la posible reforma de estos requisitos de capital. Queda por determinar si las modificaciones reducirán la cantidad de capital exigida a los bancos o si, en su lugar, se excluirán ciertos activos de bajo riesgo, como los bonos del Tesoro, del cálculo del ratio.
Cualquier flexibilización del ratio de apalancamiento suplementario tendría repercusiones más allá de Estados Unidos. Es probable que ejerza presión sobre los reguladores de Europa y de otros países para revisar también sus propias normas de capital para las instituciones financieras, lo que podría dar lugar a un cambio global hacia un enfoque menos estricto de estos requisitos.
A su vez, esta evolución podría beneficiar al mercado de fusiones y adquisiciones en el sector de servicios financieros, al liberar capital actualmente restringido y disponible para financiar operaciones. Dicho capital adicional podría acelerar la ola de consolidación que impulsa la actividad de fusiones en la industria.
El sector de servicios financieros de Oriente Medio atraviesa una profunda transformación, impulsada por cambios estratégicos, procesos de consolidación en la banca y los seguros, un sólido crecimiento en la gestión de activos y una rápida innovación en tecnología financiera (fintech). Todo ello se desarrolla en el marco de la visión de crecimiento económico establecida por los gobiernos de la región.
En este contexto, el panorama de fusiones y adquisiciones también está evolucionando. Durante el primer semestre de 2025, la actividad de operaciones en servicios financieros se mantuvo sólida, con cerca de 70 transacciones anunciadas por un valor total de 1.6 billones de dólares.
Estas cifras contrastan con las del mismo periodo de 2024, cuando se registraron aproximadamente 60 operaciones por un valor agregado de 400 millones de dólares. La gestión de activos y patrimonios, junto con la banca y los mercados de capitales, se posicionaron como los segmentos que lideraron las negociaciones.
De cara al futuro, se prevé que tanto la actividad nacional como la internacional se aceleren a medida que los mercados maduren, los marcos regulatorios alcancen mayor estabilidad y la confianza de los inversores continúe fortaleciéndose.
El sector bancario de Oriente Medio está entrando en una nueva fase de consolidación y disrupción digital que está redefiniendo la dinámica competitiva en la región. Se observa una brecha cada vez mayor entre los bancos ágiles y tecnológicos y aquellos que enfrentan dificultades para adaptarse.
De cara al futuro, las fusiones y adquisiciones probablemente seguirán siendo un factor clave para el reposicionamiento estratégico en un panorama bancario regional cada vez más digitalizado e integrado. En las primeras oleadas de consolidación, mercados como Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos marcaron la pauta con acuerdos emblemáticos, como la creación del Saudi National Bank en 2021 y del First Abu Dhabi Bank en 2016.
Sin embargo, los acontecimientos recientes en otros mercados, como Baréin y Omán, reflejan un impulso más amplio y generalizado en toda la región. Esta segunda oleada se caracteriza por la actividad de bancos medianos que buscan resiliencia en un entorno de márgenes ajustados, así como por el creciente interés transfronterizo en la integración regional.
Al mismo tiempo, la transformación digital se acelera con el lanzamiento de múltiples instituciones financieras digitales, entre ellas Wio en los Emiratos Árabes Unidos y STC Bank en Arabia Saudí.
Los bancos tradicionales, por su parte, están modernizando sus sistemas centrales, lanzando filiales exclusivamente digitales y experimentando con infraestructura blockchain y criptográfica, a menudo en entornos regulatorios diseñados específicamente para fomentar la innovación.
Se espera que la riqueza financiera total en los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG, por sus siglas en inglés) —concentrada principalmente en los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita— crezca de 3,2 billones de dólares en 2023 a 3,8 billones en 2027, según el Informe de Riqueza Global de UBS.
A pesar de este crecimiento, la gestión de activos como porcentaje del PIB sigue siendo relativamente baja: alrededor del 30 % en los Emiratos Árabes Unidos y del 20 % en Arabia Saudita, en contraste con el 140 % en Estados Unidos y el 80 % en el Reino Unido.
La región de Oriente Medio continúa atrayendo a gestores de activos globales, impulsados por la rápida acumulación de riqueza, los planes de diversificación económica y entornos empresariales cada vez más favorables.
Dubái, que el Informe de las Ciudades Más Ricas del Mundo 2025 de Henley & Partners ya ubica entre las 20 ciudades más ricas del planeta, ha experimentado un crecimiento del 102 % en el número de millonarios durante la última década.
Esta concentración de riqueza ha convertido al Golfo en una plataforma de lanzamiento estratégica para actores internacionales. Varias firmas han establecido oficinas regionales en ciudades clave como Riad, Dubái y Abu Dabi.
A finales de 2024, Brookfield Asset Management anunció sus planes de lanzar un fondo de 2 billones de dólares enfocado en Medio Oriente, con los servicios financieros como eje central de su implementación.
Se prevé que el mercado de seguros del Consejo de Cooperación del Golfo, medido por primas brutas emitidas, crezca un 50 % hasta alcanzar aproximadamente los 60 billones de dólares en 2030. El sector asegurador de la región se encuentra todavía en sus primeras etapas de madurez, lo que le deja un amplio margen de expansión tanto en los segmentos de vida como de no vida.
Incluso en los Emiratos Árabes Unidos, considerado el mercado más desarrollado de la región, la penetración de los seguros se sitúa en apenas el 3 % del PIB, según BMI Fitch. Esta cifra se encuentra muy por debajo de los niveles observados en mercados más consolidados como Estados Unidos (6,6 %) o el Reino Unido (11,7 %).
El seguro de vida presenta una penetración particularmente baja, representando tan solo alrededor del 10 % de las primas totales.
Los esfuerzos de diversificación económica, junto con requisitos de solvencia más estrictos para las aseguradoras, están impulsando una ola de fusiones y adquisiciones, especialmente entre compañías con bajo rendimiento o de menor escala.
En este proceso, Takaful —un sistema de seguros islámico basado en la cooperación mutua y la responsabilidad compartida— desempeña un papel central. Los reguladores buscan fomentar aseguradoras islámicas más competitivas y con mayor capitalización, capaces de escalar regionalmente.
Los fondos soberanos de inversión también están participando como inversores estratégicos en el sector asegurador. Al mismo tiempo, actores internacionales como AXA y MetLife han recalibrado su presencia en la región mediante desinversiones y alianzas estratégicas.
Por su parte, actores regionales como Gulf Insurance Group (GIG) han apostado por el crecimiento vía adquisiciones, destacando la compra de AXA Gulf por 475 millones de dólares en 2021.
El ecosistema fintech de Oriente Medio está creciendo a gran velocidad. Según nuestra investigación, actualmente operan más de 1.000 startups activas en los sectores de pagos digitales, préstamos, tecnología patrimonial y finanzas compatibles con la sharia.
Los pagos son el principal motor de expansión, representando más del 40 % del mercado en términos de aplicaciones. Este dinamismo responde a la aceleración del comercio electrónico, las iniciativas de economía sin efectivo respaldadas por los gobiernos y la evolución de las expectativas de los consumidores.
De cara al futuro, es probable que la actividad de fusiones y adquisiciones se intensifique en torno a la infraestructura de pagos, las finanzas integradas y los facilitadores de banca abierta.
Las fusiones estratégicas y las escisiones ya están transformando el sector. Un ejemplo es Mashreq, que lanzó NeoPay en 2022 para consolidar sus servicios de pagos digitales y, posteriormente, vendió una participación mayoritaria en enero de 2025 a un consorcio liderado por DgPays y Arcapita, en una operación valorada en 385 millones de dólares.
Otro caso relevante es el de Brookfield Asset Management, que ha reforzado su presencia en Medio Oriente mediante adquisiciones centradas en pagos. Entre ellas destacan la compra de una participación controladora en Magnati, filial de First Abu Dhabi Bank, en 2022, y el liderazgo de un consorcio en la adquisición, por 2.76 billones de dólares, de un procesador de pagos líder en la región MENA en 2023.
Los fondos soberanos de inversión (SWF) de Oriente Medio ya no son meros asignadores pasivos de capital, sino actores estratégicos que están transformando los flujos de inversión globales y la propia arquitectura económica regional.
Con el control de alrededor del 40 % de los activos globales de SWF, los fondos con sede en el Golfo —como el Fondo de Inversión Pública (PIF) de Arabia Saudí, Mubadala y la Autoridad de Inversiones de Abu Dabi (ADIA)— dirigen cada vez más capital hacia mercados de alto crecimiento en Asia, África y Latinoamérica.
Solo en 2024 destinaron aproximadamente 80 billones de dólares a nivel mundial, canalizados hacia sectores como la tecnología financiera, la sanidad y la gestión de activos.
Estas inversiones en el exterior suelen tener un doble propósito: captar el potencial alcista de los mercados en expansión y, al mismo tiempo, obtener exposición a las mejores prácticas, tecnologías y modelos operativos que posteriormente pueden replicarse en sus carteras nacionales.
Un ejemplo destacado es la inversión de 500 millones de dólares de Mubadala en Revolut en 2024, que valoró a la fintech británica en 45 billones de dólares. Esta operación no solo aportó capital, sino que también facilitó la expansión de Revolut en Oriente Medio. Es un caso que ilustra cómo los fondos soberanos utilizan el capital como palanca para atraer líderes globales a la región bajo condiciones regulatorias y estratégicas favorables.
En el ámbito nacional, los fondos soberanos también desempeñan un papel clave en la consolidación y modernización de los servicios financieros, contribuyendo a la formación de líderes regionales en banca, seguros y gestión de activos.
Esta estrategia dual —inversión exterior para aprender e influir, combinada con transformación interior para modernizar— posiciona a los fondos soberanos de Oriente Medio como facilitadores sistémicos, tanto en el despliegue de capital global como en la reinvención económica local.
Nota: Para facilitar comparaciones significativas con semestres anteriores, los datos del primer semestre de 2025 (H1'25e) son una estimación basada en los primeros cinco meses del año, extrapolada para representar un periodo de seis meses.
Fuentes: LSEG y análisis de PwC.
Las consolidaciones estratégicas, especialmente en el sector de gestión de activos y patrimonios, han sostenido un flujo constante de transacciones dentro de FS en lo que va de 2025, a pesar de los obstáculos que enfrenta la negociación.
En el primer semestre de 2025, el volumen global de operaciones en FS fue de 2.313, lo que representa una ligera caída del 1 % frente a las 2.340 registradas en el mismo periodo de 2024.
El sector de gestión de activos y patrimonios mostró un aumento del 5 % en el volumen de operaciones. Sin embargo, este crecimiento no logró compensar la disminución registrada en los sectores bancario, de mercados de capitales y de seguros.
En contraste, el valor de las operaciones se incrementó alrededor de un 15 % en el primer semestre de 2025, impulsado por un mayor número de transacciones de gran envergadura, entre ellas diez megaoperaciones (superiores a 5 billones de dólares) anunciadas en este periodo.
Desde una perspectiva regional, el volumen de operaciones se mantuvo estable en Europa, Oriente Medio y África (EMEA) y en América, mientras que en Asia Pacífico registró una disminución del 4 %. Cada una de estas regiones representó aproximadamente un tercio del volumen total de operaciones a nivel mundial.
En cuanto al valor de las operaciones, se mantuvo estable en América, descendió un 15 % en Asia Pacífico y, en contraste, aumentó un 70 % en EMEA. Este fuerte incremento estuvo impulsado principalmente por el crecimiento de las operaciones bancarias europeas anunciadas en el primer semestre de 2025 (como se analiza más adelante).
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A continuación, describimos las tendencias clave que esperamos impulsen la actividad de fusiones y adquisiciones en los sectores bancario y de mercados de capitales, gestión de activos y patrimonio, y seguros durante la segunda mitad de 2025.
El mundo de los servicios financieros continúa evolucionando rápidamente en los sectores de banca, seguros y gestión de activos y patrimonios, con crecientes presiones para consolidarse y mejorar la competitividad. El creciente interés del capital privado en los servicios financieros ha acelerado estas tendencias.
En este contexto, las fusiones y adquisiciones siguen desempeñando un papel fundamental en la transformación de los servicios financieros y prevemos que el flujo de operaciones continuará, incluyendo adquisiciones a gran escala, a pesar del incierto contexto geopolítico y económico.
Observamos a negociadores con confianza que configuran activamente su futuro a pesar de la incertidumbre y los obstáculos constantes; algunos incluso buscan megaoperaciones, incluyendo múltiples transacciones de gran envergadura simultáneamente. Es probable que estas audaces decisiones definan el panorama de las fusiones y adquisiciones en los servicios financieros, sentando un ejemplo a seguir.
Este artículo se basa en el artículo original "2025 mid-year outlook. Global M&A trends in financial services" de PwC global. La revisión fue ejecutada por el equipo de PwC Colombia.