Durante casi dos décadas, la Encuesta anual de directores corporativos de PwC ha proporcionado información crucial sobre la dinámica cambiante de los consejos de administración.
Durante este período, hemos trazado las prioridades, expectativas y presiones cambiantes que enfrentan los directores. Nuestra encuesta de 2025 revela un punto de inflexión sin precedentes que subraya la profunda y apremiante necesidad de una mayor rendición de cuentas en los consejos. Los directores reconocen cada vez más que su eficacia —y, por extensión, su capacidad para proporcionar una supervisión eficaz— depende en gran medida de afrontar directamente el bajo rendimiento.
Para ello, los directores deben adoptar una autoevaluación sincera, desafiar la complacencia y renovar proactivamente sus consejos para ayudarles a alinearse con los objetivos estratégicos, las expectativas de los grupos de interés y la dinámica del mercado en rápida evolución.
Este año, nuestro informe no solo destaca las áreas en las que los consejos nos indican que están fallando, sino que también ofrece vías prácticas para directores y ejecutivos comprometidos con el cambio. Esperamos que este informe sirva como hoja de ruta, permitiendo a los consejos de administración tomar medidas decisivas para impulsar el éxito corporativo.
A lo largo de nuestra investigación, ha surgido un mensaje: los directores operan en un entorno más complejo y exigente, y la rendición de cuentas de la junta directiva debe estar a la altura. Los directores reconocen la necesidad de cambio, ya sea mejorando el desempeño individual, reevaluando la composición de la junta o creando un espacio para un diálogo más abierto y honesto.
Pero el reconocimiento por sí solo no basta. El camino a seguir requiere más que ajustes estructurales. Requiere un cambio cultural, que comienza con los directores individuales, se refuerza con la acción colectiva de la junta y cuenta con el apoyo de los ejecutivos que colaboran con ellos.
La siguiente hoja de ruta describe pasos claros que cada una de estas partes puede seguir para cultivar una cultura de la junta directiva definida por la propiedad y la responsabilidad compartidas.
Hoy en día, las juntas directivas se enfrentan a expectativas cada vez mayores, y el mayor riesgo reside en no adaptarse. En estos hallazgos, un tema es claro: la rendición de cuentas no se limita a la supervisión de otros, sino que comienza dentro de la propia sala de juntas.
A diferencia de la mayoría de las estructuras organizativas, las juntas directivas operan sin una jerarquía tradicional. Los directores son responsables de supervisarse entre sí, ya que la revisión entre pares, y no la autoridad jerárquica, es lo habitual. Esto es lo que hace que la cultura, el desarrollo de relaciones y la autodisciplina sean tan esenciales.
Sin un sólido compromiso interno con la mejora del rendimiento, incluso las juntas directivas mejor estructuradas pueden fallar. Ya sea mediante el crecimiento individual, la reforma colectiva o el fortalecimiento de las alianzas entre la junta directiva y la gerencia, los directores y ejecutivos tienen una clara oportunidad de liderar con el ejemplo.
Con compromiso y un propósito compartido, la sala de juntas puede evolucionar para adaptarse al momento y marcar la pauta para el futuro de la gobernanza.
Este artículo se basa en el artículo original "2025 Annual Corporate Directors Survey. Driving a culture of accountability in the boardroom" de PwC EE.UU. La revisión fue ejecutada por el equipo de PwC Colombia.