Liderazgo inclusivo en tiempos de trabajo remoto

08/04/20

PwC México - Teletrabajo

El mundo se encuentra ante un momento atípico, una situación para la que no estábamos preparados y que tiene -y tendrá- un impacto en todos los aspectos de nuestras vidas. Cada persona enfrentará este proceso de distintas formas y a diferentes velocidades, por lo que, hoy más que nunca, la imagen de un líder toma mayor relevancia. 

Es precisamente en el entorno laboral donde esta imagen será vital, en especial porque a través de la creación de vínculos a distancia con los colaboradores y de una comunicación efectiva logrará que sientan una mayor empatía, seguridad y sobre todo una guía que los lleve a conseguir los objetivos esperados en el contexto en el que nos encontramos: trabajando remotamente.

Para desempeñar de la mejor forma posible nuestras tareas, es necesario llevar a cabo buenas prácticas: tener un espacio destinado para ello, establecer tiempos para conectarse y desconectarse, realizar pausas, crear una rutina, organizarnos y fijarnos pequeños objetivos. El conjunto de estas acciones nos permitirá, no sólo eficientizar la manera de realizar las actividades cotidianas laborales, sino que también nos ayudarán a pasar más rápido el proceso de adaptación y aceptación que estamos viviendo.

Ante este escenario, un líder deberá tener y/o desarrollar características que le permitan dar este salto en el menor tiempo posible. En la medida que este proceso sea más rápido será más fácil organizar y guiar a los equipos. Por lo anterior, el líder tendrá que pensar más rápido, imaginar escenarios, prepararse, prever, ser transparente y comunicar adecuadamente con el objetivo de encaminar a los colaboradores a lograr las metas establecidas.

En un ambiente disruptivo como el actual, tendremos que encontrar la forma de aprovechar la tecnología y al mismo tiempo fortalecer los vínculos humanos. Esto llevará al líder a tener más certidumbre sobre qué puede esperar de su equipo -y viceversa-, mejorar los entregables y tener claridad en los objetivos. Por ejemplo, al hablar través del video se recomienda de inicio que todos los integrantes dejen su cámara encendida, dar espacio a preguntas sencillas, pero sin que sean mecánicas, y definir el propósito de la llamada; en este breve espacio se construirá hacia una comunicación efectiva y, sobre todo, al reforzamiento de vínculos, ya que nos haremos más conscientes del espacio y situación donde se encuentra el otro.

¿Cómo solucionar conflictos de manera remota?

Una situación a la que probablemente se pueda enfrentar un líder en estos días, será al manejo de conflictos, mismos que podrían surgir por una comunicación poco asertiva o por la falta de asimilación de que todo comunica: nuestro tono de voz, la entonación propia que le damos a la escritura, lo preparados que estén unos frente a otros para ejercer el trabajo a distancia, etcétera.

El líder deberá, como sucedería en una situación física, escuchar a ambas partes, no tomar partido ni ejercer juicios anticipadamente, y entender la naturaleza del conflicto, ya que mientras para unos puede significar un problema, para otro podría no representarlo. Una variable que tendrá que considerarse será la rapidez, mientras más rápido se detecte el problema, será más fácil su solución.

La comunicación, transparencia y confianza será clave para que los colaboradores sientan su respaldo y seguridad al expresar lo que sienten.

¿Está México preparado para el trabajo remoto?

Sin duda alguna, la situación actual cambiará la forma en la que hagamos las cosas. El home office o trabajo remoto será posible a medida que las empresas y la cultura laboral se vayan adaptando a ello. Habrá industrias que puedan tener a su personal en casa y otros que, por la naturaleza del negocio, no podrán. Cada compañía tendrá que evaluar las fortalezas y debilidades del trabajo remoto, esto va desde costos de ocupación, pago de servicios, ahorro de tiempos de traslado, reducción en el tiempo de transportación, calidad de vida, etc. Aunado a esto, se debe considerar el reforzamiento de protocolos de seguridad cibernética, la inversión en equipos tecnológicos y el ancho de banda de red. Finalmente, frente a la alta demanda de servicios tecnológicos habrá que ver la capacidad que tiene la infraestructura mexicana para prestar dichos servicios y la necesidad de generar mejoras en este sentido.

El entorno actual, más la disrupción tecnológica, nos llevará a rediseñar la forma de trabajar y hacer las cosas. A medida que seamos más ágiles para asimilar los cambios ante los diferentes escenarios que se nos están planteando, será más sencillo generar formas diferentes de trabajar mientras nos adaptamos al entorno en el que estamos. 

 

Originalmente publicado en LinkedIn

 

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