La inclusión de género es una responsabilidad corporativa

Gabriela Bustamante Directora de propósito e inclusión, PwC México 22/12/20

En años recientes, hemos sido testigos de cambios sociales positivos que han ayudado a dar voz a distintos grupos marginados y a visibilizar sus necesidades. A pesar de que se han realizado avances concretos, el ritmo de inclusión de los grupos menos representados sigue siendo lento y no logra materializarse por completo.

Ya sea la erradicación del racismo sistémico o la eliminación de la pobreza, en distintos países hay poderosos movimientos sociales e iniciativas que buscan mejorar las condiciones en las que viven millones de personas, y construir un futuro equitativo e inclusivo. En contraste, la disparidad de oportunidades laborales y educativas entre mujeres y hombres en México, así como la estigmatización social de los roles de género y la violencia doméstica, son solo algunos ejemplos de los retos que las mujeres siguen enfrentando todos los días. 

A raíz de la pandemia, dichos  desafíos se han amplificado y los índices de incidencias relacionadas con la violencia de género han aumentado exponencialmente en el mundo. Por si esto fuera poco, la situación global actual también repercutirá en la realidad económica de mujeres y niñas. De acuerdo con datos de la ONU, para finales de 2021, aproximadamente 47 millones de mujeres y niñas  se encontrarán en pobreza extrema.

Ante esta situación, las empresas, asociaciones civiles, gobiernos e individuos deben sumar esfuerzos para reducir este impacto y fomentar un cambio cultural  que impulse de forma integral a las mujeres, y niñas, para que tengan acceso a mejores oportunidades y puedan así alcanzar su máximo potencial. Toda la evidencia demuestra que cuando una mujer prospera, su familia, comunidad y entorno mejoran exponencialmente. 

Tomando todo esto en cuenta, como Firma, contamos con distintas iniciativas que buscan reducir y erradicar estas desigualdades, así como retener y desarrollar al talento femenino; sin embargo, esto no es suficiente. Desde hace algunos años también implementamos programas de mentoría para apoyar a las colaboradoras a alcanzar posiciones de liderazgo, asegurando que no haya sesgos de género para su crecimiento profesional y generando conciencia para que cada día haya más aliados que promuevan la germinación del talento en todos los niveles. 

PwC realizó el estudio Time to talk: what has to change for women at work, una encuesta a más de tres mil mujeres profesionistas alrededor del mundo para conocer sus historias, aspiraciones  y retos. Los resultados arrojaron que solo 51 % de las mujeres consideran que sus empleadores están haciendo algo para mejorar la inclusión de género en su lugar de trabajo. 

El mismo estudio detectó que es necesario hacer tres cambios en el entorno laboral para contribuir al progreso profesional de las mujeres: 

  • Mayor transparencia y confianza, sobre todo respecto a lo que se espera de nosotras para recibir una promoción
  • Apoyo estratégico para construir una red de networking que permita conectar con mentores y patrocinadores de proyectos.
  • Flexibilidad en materia de familia, vida y trabajo 

Este último dato resuena con la información publicada en el Informe Anual de ONU Mujeres, que muestra que nosotras realizamos más del 75% del trabajo no remunerado requerido para mantener a nuestras comunidades andando como: cuidado de los hijos y personas mayores, labores domésticas y atención a citas médicas de familiares. Por su parte, en 2017, la OCDE indicó que en México solo 44.9 % de las mujeres están empleadas, en contraste con 77 % de los hombres, lo que nos sitúa como el tercer país con menos oportunidades laborales para las mujeres, solo por detrás de Turquía y Grecia.

Frente a todo esto, es crucial acelerar el ritmo del cambio para promover la independencia económica femenina, derivada de un mayor acceso a educación de calidad y mejores condiciones para el desarrollo de una carrera profesional, esto permitirá un mayor empoderamiento. Sabemos que cada grano de arena cuenta y que los cambios reales solo pueden ocurrir mediante un continuo trabajo en equipo. 

Estoy convencida de que la suma de esfuerzos es la clave para alcanzar la paridad de oportunidades y eliminar la violencia de género. Desde nuestras distintas trincheras, sigamos colaborando para que la sociedad avance y para que todas las personas podamos gozar de un bienestar integral sin importar nuestro género, identidad o cualquier otro rasgo de diversidad.  

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Gabriela Bustamante

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Directora de propósito e inclusión, PwC México