¿Es necesario ampliar la capacidad operativa de la cadena de suministro?
Además de conocer el estado actual del sector gasolinero en México, como lo publicamos en el reporte Gasolineras en México: presente y futuro, es fundamental adentrarse en otros aspectos clave de la cadena de valor del sector, partiendo de la refinación de gasolina y diésel, la infraestructura de transporte, almacenamiento y distribución.
Esto ayudará a que las empresas reflexionen si necesitan ampliar o no su capacidad de operación en las cadenas de suministro para asegurar el abasto de gasolina y diésel a las estaciones de servicio.
La empresa con mayor presencia de infraestructura relacionada con el abasto de gasolina y diésel en el país es Pemex. Hasta 2013, fue el único organismo responsable del desarrollo de infraestructura para petrolíferos. A partir de 2014, se abrió la inversión a los privados nacionales y extranjeros.
Situación actual y tendencias en la oferta y demanda
La demanda nacional de gasolina y diésel está determinada por la actividad económica, y, adicionalmente, por los precios, impuestos, disponibilidad de los productos y comportamiento social. En general, la actividad económica de un país se mide a través del PIB, por ello, hicimos un ejercicio que considera las estimaciones de la demanda a partir de los extremos en los escenarios planteados por el documento “Encuestas sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado” de Banxico.
Escenarios PIB y tendencias en demanda de combustibles
Escenarios PIB y tendencias en demanda de gasolina
Escenarios PIB y tendencias en demanda de gasolina
En nuestro ejercicio de estimación de tendencias hemos usado datos publicados por el INEGI y por el Sistema de Información Energética para calcular correlaciones polinomiales entre el crecimiento económico y el consumo de combustibles.
Desde 2017 la demanda de gasolina muestra una prolongada tendencia a la baja, la cual se aceleraría en 2020, según nuestras estimaciones, por la caída del PIB, cayendo a 651 Mbd (mil barriles por día), mostrando recuperación a medida que mejora el crecimiento económico.
La recuperación de la demanda para el diésel es más rápida, en parte porque el consumo de este combustible está más ligado al transporte y a las actividades primarias de la economía.
México cuenta con seis refinerías de petróleo con una capacidad combinada de destilación atmosférica de 1,640 Mbd. En conjunto, entre 1990 y 2013, el rendimiento promedio de las refinerías mantuvo una tasa de utilización cercana al 75%. Para 2018, la utilización cayó a menos del 40%. Hacia el tercer trimestre de 2019 la producción fue de 542 Mbd, lo que se traduce en una utilización del 33% de la capacidad del sistema.
Es posible regresar a los altos niveles de utilización, para los que originalmente fueron diseñadas las refinerías si se realizan las inversiones adecuadas en el mantenimiento y adaptación de sus operaciones y procesos.
A medida que ha disminuido la producción nacional de gasolina y diésel, la importación de estos dos combustibles ha aumentado. De mantener el nivel de producción de 2019, las importaciones de gasolina en 2024 llegarían a niveles aproximados de entre 492 Mbd y 616 Mbd de gasolina, y de entre 252 Mbd y 340 Mbd de diésel, dependiendo de los escenarios de crecimiento del PIB.
Por el contrario, en caso de realizar las inversiones requeridas en las refinerías nacionales en tiempo, monto y forma hacia 2024 en los dos escenarios, el resultado sería muy cercano a la autosuficiencia e incluso podrían llegar a producirse pequeños excedentes para la exportación.
Hasta 2013, Pemex tuvo el monopolio legal de la infraestructura de gasolina y diésel, incluyendo el almacenamiento, transporte, distribución y comercialización de estos combustibles (mediante su esquema de franquicias) al usuario final. Con las modificaciones legales de 2014, se abrieron estas actividades a la inversión privada bajo la regulación de la CRE.
Las importaciones de gasolinas aumentan a medida que disminuye la producción en las refinerías del país, por lo que es necesario que se aprovechen de mejor forma instalaciones de logística estratégicas para el almacenamiento y distribución de combustibles o, de otra forma, generar infraestructura propia. En cualquiera de estos casos, una medida temporal para el transporte es el uso de las pipas de combustible, las cuales son el medio de transporte más costoso.
Ante la nueva dinámica del mercado, que ha cambiado el origen de la molécula del Sistema Nacional de Refinación a los poliductos fronterizos, los puertos de importación y trasvases ferroviarios, existen oportunidades de inversión en regiones en donde se puede aprovechar una mejor logística, que hoy no puede ofrecer la capacidad instalada de Pemex.
Las inversiones de terceros que más destacan son las orientadas al almacenamiento de hidrocarburos, dejando pendiente la inversión de transporte en ductos. Han sido seis los proyectos de almacenamiento, que se han desarrollado de diciembre 2017 (fecha de publicación de la Política Pública de Almacenamiento Mínimo de Petrolíferos) a la fecha, que suman una capacidad operativa de 2.5 millones de barriles (MMb), de los cuales cinco ya se encuentran en operación.
También se cuenta con tres proyectos en la región Golfo Centro, cuya entrada en operación será en 2020 y tres más en la región Pacífico, para 2021, sumando en su conjunto una capacidad de 7.6 MMb. Otra empresa ya opera en la Terminal de Dos Bocas, con una capacidad de 0.5 MMb, y, en 2020, se planea poner en marcha una terminal en Tuxpan con una capacidad de 1.5 MMb.
Por último, una empresa más desarrollará siete terminales de almacenamiento que le darán una capacidad de 6 MMb.
¿Qué se puede hacer?
Este es un buen momento para:
Identificar oportunidades de inversión en infraestructura energética
Elaborar un plan estratégico
Consolidar alianzas con inversionistas, proveedores, desarrolladores y comercializadores
No hay que perder de vista la entrada en vigor de la Política Pública de Almacenamiento Mínimo de Petrolíferos (Política de Almacenamiento) el 1 de julio de 2020, la cual, con la última modificación al Acuerdo (Diario Oficial de la Federación del 6 de diciembre de 2019), establece la obligación para los permisionarios que importen, exporten, almacenen, comercialicen y distribuyan gasolina y diésel de mantener un inventario mínimo de cinco días. En caso de que no cuenten con infraestructura de almacenamiento propia, tendrán la opción de comprar tickets (que representan los derechos financieros de inventario) a un comercializador que disponga de inventario en exceso.
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Jorge Pedroza
Director de Administración de Riesgos para el Sector Energético, PwC México
