Alinear la transformación digital con la estrategia a largo plazo.
· Revisar la estrategia a largo plazo de la entidad, para escoger el camino adecuado para la transición digital, así como entender el estado actual de las capacidades de negocio y tecnológicas para alinear los esfuerzos de la agenda de la transformación digital.
· Antes de comenzar, alinear a los diferentes equipos de trabajo de la entidad con la agenda de transformación. Se puede empezar con transformaciones pequeñas: en un único segmento, una única propuesta de valor, una sola geografía; pero que estos esfuerzos respondan a un plan de trabajo que permita eficiencia en el escalamiento a largo plazo.
Enfocarse en el cliente y cómo mejorar su experiencia.
· Enfocarse inicialmente en iniciativas que impacten directamente la experiencia del cliente y tengan mayor potencial de generar nuevos ingresos o reducción de costos.
· Probar las ideas en un estado de producto mínimo viable sin miedo a la respuesta del mercado y refinar basado en la retroalimentación. Incluso si el "experimento" no es exitoso, la entidad tendrá lecciones aprendidas para implementar en una segunda iteración.
Monitorear la adopción de las tecnologías emergentes
· Aprovechar las tecnologías de tercera generación existentes en el mercado preparadas para desplegar procesos digitales de principio a fin que han sido probados y adaptados por otros jugadores, principalmente fintech.
· Cualquiera que sea el camino escogido, evaluar periódicamente que la agenda de transformación siga alineada con la estrategia de largo plazo y que las decisiones que se toman, estén alineadas a las capacidades existentes y la tecnología disponible en el momento. Si no, realizar los ajustes pertinentes y continuar.