Puntos clave para las empresas en la nueva era arancelaria

Puntos clave para las empresas en la nueva era arancelaria
  • Análisis
  • 5 minutos de lectura
  • 17 Dic 2025

El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) atraviesa actualmente una fase de cambios continuos, con la mira puesta en su revisión clave en 2026. Para las empresas que operan en México, la volatilidad arancelaria, la complejidad de las reglas de origen y la incertidumbre regulatoria representan riesgos directos para la rentabilidad y la competitividad. Este escenario pone en evidencia que adaptarse ya no es suficiente; es necesario anticiparse.

En respuesta a este entorno, el presente análisis ofrece un marco de acción articulado en cuatro ejes estratégicos. Su objetivo es proporcionar una hoja de ruta para proteger los márgenes frente a la presión arancelaria, gestionar los riesgos asociados a la estrategia de nearshoring y construir una resiliencia operativa y fiscal a largo plazo

Eje estratégico 1: defensa y respuesta ante la volatilidad arancelaria

El paradigma arancelario está cambiando desde un entorno de estabilidad hacia uno más dinámico. Esta transformación, impulsada por políticas comerciales en Estados Unidos (EE. UU.) y por ajustes estratégicos en México, representa una oportunidad para que las empresas gestionen proactivamente sus operaciones y costos. El objetivo no solo mitigar riesgos, sino fortalecer la competitividad en el corredor comercial más importante de la región.

Presión arancelaria de EE. UU. y la respuesta estratégica de México

Por un lado, las políticas comerciales de Estados Unidos reconfiguran la estructura de los costos de exportación e imponen requisitos más estrictos para la certificación de origen, especialmente si se busca un trato arancelario preferente bajo el T-MEC. En paralelo, los ajustes estratégicos en México promueven nuevos incentivos para optimizar la cadena de suministro local y regional.

Cuatro acciones para convertir el cambio en una ventaja competitiva

Para capitalizar esta nueva dinámica, es recomendable que las compañías prioricen las siguientes acciones estratégicas: 

Modelar proactivamente el impacto de distintos escenarios arancelarios en el flujo de efectivo y la rentabilidad es muy importante. Esto permite a las empresas tomar decisiones de negocio informadas y anticipadas que mitigan los riesgos y mejoran los resultados.

Identificar qué productos cumplen actualmente con las reglas de origen bajo el T-MEC y cuáles requieren ajustes abre la puerta a la innovación en proveeduría y en los procesos de transformación.

Sincronizar las funciones de aduanas, fiscal, finanzas y logística, así como las alianzas estratégicas con agentes aduanales basadas en indicadores de desempeño (KPI) ayuda a construir una dinámica externa fluida.

Aprovechar la tecnología para integrar y conciliar datos (pedimentos, comprobante fiscal digital por internet , sistemas Enterprise Resource Planning) combinado con el uso de tableros de control permite transformar la información en inteligencia para la toma de decisiones. 

Eje estratégico 2: nearshoring bajo presión, la nueva prueba de valor regional

La promesa inicial del nearshoring, basada en la proximidad geográfica, se enfrenta a una nueva realidad definida por el creciente proteccionismo comercial en EE. UU. y los incentivos poco claros por parte de México. La reubicación de operaciones ya no es suficiente. El escrutinio sobre la procedencia de los componentes se ha intensificado y el riesgo de ser considerado una simple plataforma de transbordo (transshipment) para insumos asiáticos es hoy una amenaza real.

El riesgo central: de socio estratégico a puente de transbordo

Las autoridades estadounidenses están poniendo mayor énfasis en distinguir la integración regional genuina de las simples operaciones de ensamblaje. Las empresas que dependen en gran medida de componentes adquiridos fuera de Norteamérica están en riesgo de perder un trato arancelario preferencial, enfrentar aranceles punitivos e incluso atravesar auditorías de origen agresivas.

En este entorno, la función del líder fiscal evoluciona: de ser un facilitador de la inversión a un guardián estratégico que valida la viabilidad y el cumplimiento del modelo de negocio regional.

Tres acciones para blindar la estrategia de nearshoring

Realizar un análisis exhaustivo de las listas de materiales (bill of materials) es fundamental para verificar si los productos cumplen con los requisitos de contenido regional establecidos por el tratado comercial. Este proceso también ayuda a modelar el impacto financiero de un escenario adverso, permitiendo una gestión proactiva de riesgos.

Mitigar riesgos reduciendo la dependencia de insumos fuera de la región, colaborando con los equipos de compas para desarrollar proveedores en Norteamérica es la mitigación más efectiva. Este rediseño estratégico, visible hoy en la industria automotriz y de manufactura avanzada, es una necesidad para demostrar un valor agregado real en la región.

Implementar sistemas que generen un expediente de certificación robusto y trazable es clave. Una documentación sólida constituye la mejor defensa, especialmente ante las reglas más estrictas para la compra de ciertos insumos, como el acero y el aluminio, que ahora requieren una trazabilidad documental detallada que antes no se exigía.

Eje estratégico 3: convertir la revisión del T-MEC en un catalizador de negocio

La revisión del T-MEC, programada para 2026, representa un hito contractual que las empresas líderes están utilizando como un catalizador para una mejora interna. El enfoque se traslada de la espera pasiva a la preparación proactiva, utilizando este evento como una fecha de referencia para fortalecer la operación y fomentar la competitividad a largo plazo.

Cuatro acciones para la mejora y resiliencia interna

Los líderes fiscal y financiero tienen la oportunidad de guiar a la organización en la implementación de mejoras que pueden aportar valor, independientemente de los resultados finales del proceso de revisión.

Demostrar un cumplimiento ejemplar en estas áreas se ha convertido en un diferenciador estratégico y un factor clave para la mitigación de riesgos. Realizar auditorías preventivas para identificar brechas y documentar el cumplimiento proactivamente son prácticas esenciales.

Modelar financieramente el impacto de los posibles escenarios con umbrales de contenido regional más exigentes es una práctica de negocio sólida. Este análisis permite identificar hoy las líneas de producto más sensibles y explorar alternativas de proveeduría o procesos sin presiones de tiempo.

Validar que los protocolos de transferencia y manejo de datos cumplan con los más altos estándares es fundamental para salvaguardar la continuidad del negocio. Además, analizar las dependencias operativas, como la exposición a los umbrales de de minimis, permite a las empresas mitigar riesgos y mantener un comercio transfronterizo fluido.

Eje estratégico 4: fortalecimiento de la gobernanza operativa y digital

Gestionar eficazmente las fluctuaciones arancelarias, las iniciativas de nearshoring y la revisión del T-MEC requiere más que una buena intención: demanda una maquinaria interna robusta y una infraestructura transparente. Este eje se enfoca en las acciones fundamentales para construir esa capacidad, dotando al líder fiscal de mayor control, predictibilidad y eficiencia en la operación de comercio exterior.

Tres acciones para edificar una operación de clase mundial

Definir políticas y procesos claros que sincronicen las funciones de comercio exterior, finanzas, fiscal, legal y logística. Formalizar relaciones con los agentes aduanales mediante la definición de KPI y la constante capacitación mejora la eficacia y la consistencia de la operación.

Implementar herramientas tecnológicas para conciliar sistemáticamente la información entre los sistemas ERP, los pedimentos aduanales y los CFDI puede ser una acción clave. Este enfoque contribuye a la integridad de los datos, agiliza los esfuerzos de cumplimiento y transforma la información en un activo para la toma de decisiones.

Robustecer los controles de inventarios y realizar auditorías internas preventivas son medidas clave para operaciones más complejas, como las que operan bajo el programa de la Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicio de Exportación (IMMEX). De igual forma, utilizar mecanismos como las resoluciones anticipadas para obtener orientación oficial sobre temas técnicos (p. ej., la clasificación arancelaria) puede brindar mayor certeza operativa.

Eje estratégico 5: preparación y gestión de controversias

Optimizar las operaciones y el cumplimiento reduce la probabilidad de conflictos, pero no puede eliminarla completamente.  En el entorno del T-MEC, una controversia formal (laboral, de origen o regulatoria) puede surgir rápidamente. La resiliencia final de una empresa no se mide por su capacidad para evitar disputas, sino por su preparación para gestionarlas.

Tres acciones para una defensa estratégica 

Ejecutar simulacros con equipos multidisciplinarios (legal, comercio exterior, fiscal, operaciones, recursos humanos) ayuda a probar protocolos de respuesta, identificar puntos ciegos y fortalecer la capacidad de reacción bajo presión.

Consolidar un robusto acervo probatorio que trascienda el soporte técnico, integrando la evidencia de cumplimiento en todos los frentes sensibles
del T-MEC: laboral, estándares ambientales y la integridad de la cadena de suministro.

Designar un equipo formal y multifuncional con un protocolo de activación claro ante la notificación de una disputa. Este equipo, liderado por la alta dirección, es responsable de ejecutar una estrategia de defensa predefinida, gestionar las comunicaciones internas y externas y cuantificar los impactos financieros, lo que permite dar una respuesta coordinada e inmediata que evite una improvisación costosa.

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Luis Felipe  Muñoz

Luis Felipe Muñoz

Socio líder de impuestos y servicios fiscales, PwC México

Yamel Cado

Yamel Cado

Socia líder de comercio internacional y aduanas, PwC México

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