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La industria de medios y entretenimiento en Colombia ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años, consolidándose como un pilar cultural y económico del país. Uno de los focos de esta publicación es el segmento de libros, que según el informe Global Entertainment & Media Outlook 2024-2028 de PwC Colombia, en 2024 el mercado colombiano de libros de consumo tuvo un valor de US$59 y se proyecta que superarán los 3.4 trillones de dólares para 2028. Este crecimiento se estima que será impulsado por la adopción de nuevos enfoques digitales y la reinvención de los modelos de negocio, lo que ha permitido a las empresas adaptarse a los cambios disruptivos del mercado.
En este contexto, la Feria Internacional del Libro de Bogotá, que cumple 37 años y es celebrada anualmente en Colombia, es un evento de suma importancia. No solo actúa como un punto de encuentro para editores, autores y lectores, sino que también impulsa el intercambio cultural y el descubrimiento de nuevas tendencias en este segmento. Por esta razón, Giovanni Molina, líder de Auditoría en la industria TMT en PwC Colombia, con 27 años de experiencia en el sector financiero y de telecomunicaciones, ha invitado a Adriana Cecilia Ángel, directora de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, a compartir su experiencia y perspectivas sobre el futuro de este segmento en Colombia. Esta conversación promete ofrecer valiosas ideas y enriquecer nuestra comprensión de las dinámicas emergentes en este campo para impulsar la innovación y la toma de decisiones informada.
Adriana Ángel
Directora de la Feria Internacional del Libro de Bogotá
Giovanni Molina
Hola Adriana. Es un verdadero placer tenerte aquí con nosotros para conversar sobre las perspectivas actuales y futuras del segmento editorial en Colombia. En este espacio, queremos entender las dinámicas emergentes que están transformando esta industria.
Muchas gracias por aceptar nuestra invitación. Bienvenida.
Adriana Ángel
Giovanni gracias a ustedes por esta invitación.
Giovanni Molina
En un entorno cada vez más digital, los libros impresos siguen convocando a millones de lectores en eventos como la FILBo. Desde tu experiencia, ¿qué factores explican la permanencia del libro físico?
Adriana Ángel
Para responder a tu pregunta, quiero mencionar el estudio “Estadísticas del libro en Colombia 2023” publicado por la Cámara Colombiana del Libro, que analiza las estadísticas sobre diversos aspectos del sector editorial en el país. En este sentido, el informe señala que, respecto a los títulos editados en el país, se registraron 16.640 en formato impreso, 3.334 en digital y 88 en audiolibro. Estos datos marcan una tendencia. Desde el año 2021, durante la post pandemia, el número de libros físicos editados ha ido en aumento: ese mismo año, se editaron 13.800 títulos, y en 2023, la cifra saltó a 16.640. ¿Qué indica esto? Como he mencionado en varios espacios, si bien existe una correlación y una convivencia entre el libro digital y el físico, en América Latina hay un mayor consumo de libros impresos, lo cual se debe a varios factores.
Uno de esos factores es el mayor acceso a espacios con libros disponibles, como las bibliotecas. Esta es una tendencia creciente en América Latina, incluyendo países como Perú, Chile, México y Argentina. En Colombia, contamos con una red robusta de bibliotecas públicas, de cajas de compensación, escolares y comunitarias. Este acceso al libro físico garantiza una democratización de la lectura.
Otro factor es que, después de la pandemia, hemos observado un incremento en la apertura de librerías en el país. Anteriormente, estas estaban muy sectorizadas y centralizadas en las capitales, pero ahora están migrando a territorios más profundos de Colombia. Incluso en Bogotá, las librerías están expandiéndose a otras localidades que antes solo incluían Usaquén, Chapinero y Teusaquillo. Ahora tenemos una red de librerías mucho más amplia y también ferias del libro regionales.
Un dato curioso es que el Ministerio de Cultura y la Cámara Colombiana del Libro crearon la red de ferias del libro en 2017 para articularse, apoyarse y crear estrategias de trabajo conjunto. En ese momento, eran nueve ferias y ahora son 25 en todo el territorio nacional. Esto evidencia un interés genuino de los lectores por acercarse al libro y vivir una experiencia con el papel.
Esto no significa que no convivamos con otras plataformas y herramientas digitales, que son fundamentales. Sin embargo, el papel tiene un simbolismo especial, como el aroma. Entonces, larga vida al papel y al libro impreso.
Giovanni Molina
Como mencionas, el libro físico es una experiencia única. En este sentido, la FILBo reúne a muchos editores, influencers, creadores, entre otros. Desde tu conocimiento, ¿cómo ves la proyección de este mercado editorial en los próximos años?
Adriana Ángel
El mercado editorial colombiano está en crecimiento y se fortalece. En eventos como la FILBo, se evidencia la participación de lectores de todas las edades, muy interesados en las nuevas producciones. Esto es especialmente significativo en un país con complejidades profundas como el nuestro.
La FILBo, que este año dura 17 días y convoca a 600.000 personas alrededor del libro impreso, demuestra un interés genuino y espontáneo por acercarse a los libros y conocer a sus autores, editores, editoriales e ilustradores. Esta interacción fomenta una relación mucho más cercana entre el consumidor y el sector editorial.
Además, hay una gran variedad de contenido en este espacio, y eso es lo bonito: cómo podemos convivir todos en un mismo lugar, independientemente de lo que leamos o de cómo hayamos llegado a esa publicación. Muchos de los jóvenes que vienen no llegaron por un libro físico, sino a través de herramientas digitales, libros digitales o incluso por Youtuber. Sin embargo, finalmente terminan con un libro físico que traen para que se los firmen. De hecho, el número de personas que vienen a firmar sus libros sigue creciendo. El año pasado, 18.000 personas asistieron solo para ello.
Giovanni Molina
Esto que mencionas se relaciona con el impacto cultural y social que tiene la Feria. En este sentido, la FILBo y todo el ecosistema editorial también tienen un impacto económico significativo, seguramente impulsado por el intercambio internacional y el posicionamiento de la región. ¿Qué rol crees que juega hoy el consumo de libros en el desarrollo económico y social del país?
Adriana Ángel
La FILBo tiene cuatro ejes de acción importantes que impacta social, cultural y económicamente nuestro país. El primero es la internacionalización, ya que la Feria apuesta por potenciar la presencia del sector editorial en mercados internacionales. ¿Cómo logramos esto? Con una línea de negocios fuerte que convierte a Bogotá en el epicentro de negocios editoriales de América Latina durante el primer semestre del año. Lo anterior, nos obliga, desde la organización, a garantizar la mayor presencia de agentes internacionales para impulsar la compra y venta de derechos.
Además, dentro de este componente de negocios, tenemos un programa de becarios, en el que se postulan agentes de distintos países del mundo, para traducir más libros a otros idiomas y viceversa. Esto es clave para llegar a otros mercados que, a veces, puede resultar complejo de comprender para las editoriales emergentes pequeñas. Por ejemplo, cómo llegar a Egipto, Turquía, China o Japón. Entonces, este tipo de ejercicios les proporciona herramientas para ampliar su rango de acción en el mercado editorial.
El segundo eje es la misión de bibliotecarios. Los invitamos a venir a Colombia para comprar libros y enriquecer sus bibliotecas en español. Principalmente, estos bibliotecarios provienen de Estados Unidos, pero este año hemos ampliado la invitación a bibliotecarios de Centroamérica y Suramérica. Estas ventas masivas no solo ayudan a consolidar el mercado editorial colombiano, sino también a aumentar la producción de libros que pueden ser exportados.
El tercer eje es la formación. Este abarca todas las jornadas de capacitación y actualización que realizamos, enfocándonos en temas vitales y transversales para los actores del sector editorial. Este año, por ejemplo, nuestras 14 jornadas profesionales abordan dos grandes temas: la circulación y distribución del libro en América Latina, y la asociatividad. Este último, enfocado en la importancia de trabajar en colectivo, no solo internamente en Colombia, sino también desde Colombia hacia América Latina.
Otro componente esencial, dentro de este eje, es la programación cultural y académica, que nos permite estar en el mapa de circulación de creadores, autores e ilustradores a nivel mundial. La FILBo es un referente de feria en el mundo hispanohablante, convirtiéndose en una cita obligada para que estos creadores vengan a mostrar sus contenidos. Saben que aquí hay un mercado que crece y se potencia.
El cuarto eje abarca todo lo que hacemos hacia afuera. Aunque el 90 % de nuestras actividades se llevan a cabo en Corferias, también entendemos que nuestra labor es garantizar que la FILBo se viva en otros espacios. No solo en Bogotá, donde cada vez llegamos a más localidades, sino también en el resto del país, llevando nuestros autores a más territorios.
Entonces, a partir de esos cuatro componentes, todos con un enfoque internacional y de negocios, logramos consolidar y apoyar al sector editorial, especialmente a los eslabones más frágiles de la cadena, como las librerías. Estas son las que se ven más afectadas cuando un evento como el nuestro ocurre. Por eso, llevamos a los autores a esos espacios y propiciamos actividades que también se realicen allí.
En conclusión, la FILBo tiene un compromiso importante de responsabilidad con el sector editorial y con la comunidad, para la formación de públicos lectores y el desarrollo social.
Giovanni Molina
Así como toda la industria de medios de entretenimiento evoluciona, el sector editorial, específicamente el segmento de libros, también se adaptan de manera significativa a través de la innovación para reinventarse. En este sentido, quiero preguntarte: en relación con los cambios generacionales y tecnológicos, ¿cuáles crees que son hoy los principales retos y oportunidades para alcanzar nuevos lectores sin perder a los tradicionales? ¿Qué programas tienen de inclusión para reducir la brecha cultural?
Adriana Ángel
En la FILBo cada año repensamos la forma de acercarnos a los públicos, midiendo la participación y asistencia a cada uno de los eventos que realizamos. Construimos más de 2.000 espacios, cada uno pensado para un público específico y dirigido a una población particular. De hecho, tenemos nuestros públicos segmentados en diferentes grupos: de cero a seis años, de seis a doce, de doce a diecisiete, adultos, personas mayores y profesionales del libro.
En este orden de ideas, las actividades que planeamos están diseñadas para garantizar que la Feria sea un espacio inclusivo, en el que puedan participar públicos nuevos y tradicionales. Lo anterior, porque sabemos que hay muchos que nos visitan por primera vez o que incluso tienen esta única cita anual con los libros. Entonces, ¿qué le ofrecemos a esa persona que viene una sola vez, que no frecuenta librerías ni bibliotecas, y que viene únicamente a la Feria para acercarse a la literatura?
Individualizamos y diseñamos nuestras actividades para ofrecer algo de altísimo valor, que realmente signifique una experiencia enriquecedora para esa persona. A partir de esto, construimos nuestra programación. Por lo tanto, desde hace muchos años, la Feria ha tenido un eje transversal, y la curaduría de este tema implica considerar factores como: ¿Qué se está publicando en el mundo? y ¿Cuáles son las temáticas que está leyendo la gente?
Entonces, la Feria es generalmente el escenario ideal para que una persona que no ha leído, que no se ha acercado a los libros o que tiene miedo de entrar a ciertos espacios, encuentre una gran librería a su disposición. Aquí pueden preguntar, ojear, mirar, escuchar a los autores, a los ilustradores y descubrir nuevas facetas.
No importa desde dónde ingresa la persona al mundo del libro, ya sea desde una tablet, un iPad, un Kindle o cualquier otro dispositivo, el primer acercamiento puede migrar. Aquellos que empezamos con papel también podemos migrar al formato digital y convivir perfectamente en ambos.
Reducir la brecha cultural es un tema central para la FILBo. Actualmente, trabajamos con fundaciones y organizaciones para impulsar la formación interna y construir alianzas que promuevan la inclusión en Colombia, como lo es nuestro programa FILBo Incluyente. Este esfuerzo nos ha permitido identificar acciones específicas para los diversos públicos de la Feria. Por esta razón, este año hemos organizado diez actividades en colaboración con estas instituciones, dirigidas a todos los públicos, incluyendo el Plan Braille y lectura fácil. Además, lanzaremos una guía para ferias del libro inclusivas.
En conclusión, la FILBo apuesta por la inclusión, creando un espacio en el que todas y todos podamos compartir, apoyados por las instituciones que nos proporcionan herramientas de contenido y formación para garantizarlo.
Giovanni Molina
De acuerdo con lo que mencionas, y en línea con la innovación para reinventarse ¿cómo ves la transformación del sector de libros con la llegada de los libros digitales y audiolibros?
Adriana Ángel
Las estadísticas de la Cámara Colombiana del Libro muestran que la cantidad de libros nuevos en formato impreso es mucho mayor que los libros en formato digital. Aunque Colombia está incursionando en el mercado del audiolibro, este aún es incipiente y está en crecimiento. Lo positivo es que este mercado en expansión ofrece muchas posibilidades.
Hace algunos años, el panorama no era muy alentador según los expertos. Sin embargo, las herramientas digitales están abriendo más oportunidades de mercado. Por ejemplo, un niño puede empezar con un audiolibro, migrar al formato impreso y luego volver al formato digital, transitando por estos mundos con total naturalidad.
Giovanni Molina
En el mundo digital, el uso de la IA ha aumentado significativamente. Con esta tecnología es posible producir y crear cosas nuevas, así como recomendar consumos, orientando a los usuarios de manera más eficiente.
Por lo tanto, y bajo este contexto, ¿cómo ves la incursión de la IA en el mercado y la industria editorial? ¿La consideras una amenaza, una oportunidad o ambas? ¿Tienen algún espacio de discusión en la agenda de esta edición para abordar este tema?
Adriana Ángel
En 2023 y 2024, el tema central en las ferias del libro alrededor del mundo fue la IA. Hubo numerosas conversaciones en Guadalajara, Frankfurt y otras grandes ferias, buscando respuestas y enfrentando los temores y la resistencia al cambio.
La IA es un aliado que debemos entender, actualizar y conocer. No va a reemplazar el proceso creativo, sino a acompañar el proceso de producción. Esta tecnología se nutre de nuestros conocimientos, pero no posee la creatividad y el criterio que tenemos los seres humanos. Aunque no hemos llegado a ese punto, y no sé si lo haremos, por ahora debemos aprovechar esta oportunidad para utilizar estas herramientas.
Además, la IA nos permite obtener datos más exactos y realizar estudios más certeros y oportunos para tomar decisiones. Antes, todo era manual y se necesitaba mucho tiempo para obtener resultados de ciertas decisiones. Ahora, es inmediato, lo que nos permite reaccionar más rápido en temas de negocio.
En cuanto a si contamos con algún espacio de discusión en la agenda de esta edición para abordar este tema, la respuesta es sí. En la FILBo del año pasado, las jornadas profesionales se centraron en la IA en el mercado editorial. Trajimos a un experto que nos habló del tema, y así se fueron abriendo ventanas respecto a las múltiples posibilidades que tiene esta tecnología en el sector editorial. Para este año, tenemos un espacio dedicado a este tema, llamado "Percepciones, usos e impactos de la inteligencia artificial generativa en el sector editorial".
En conclusión, la IA está aquí para quedarse. Debemos convivir con ella y, sobre todo, estar capacitados y tener las herramientas para entenderla.
Giovanni Molina
De acuerdo, la IA es una ola imposible de evitar.
Con lo que acabas de mencionar, surge un tema importante cuando se habla de IA y el mercado editorial: los derechos de autor y la propiedad intelectual. ¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Qué nivel de regulación existe en los países que participarán en la Feria, o en Colombia, en relación con el segmento de libros y esta tecnología?
Adriana Ángel
Los derechos de autor y la propiedad intelectual son uno de los retos que enfrenta el sector, y va mucho más allá de la IA. En la Cámara Colombiana del Libro tenemos una sección de antipiratería, que antes se enfocaba solo en el formato físico, pero ahora también abarca el digital.
En cuanto a los derechos de autor, todavía hay mucho camino por recorrer, ya que las fronteras son cada vez más difíciles de identificar. En Colombia, contamos con una legislación muy potente que respalda a los creadores, y está la Dirección Nacional de Derecho de Autor, que depende del Ministerio del Interior. Esta dirección ofrece un apoyo significativo a los creadores. Sin embargo, es fundamental conocer tanto la institucionalidad como las herramientas disponibles para defender nuestros derechos de autor y la creación.
En cuanto a la propiedad intelectual, La Dirección Nacional de Derecho de Autor tiene un equipo de abogados que orientan a los creadores sobre cómo proteger su trabajo, frente a la propiedad intelectual. Es importante saber qué se puede hacer, qué no, dónde estamos fallando y cómo proteger lo que estamos creando. No se trata solo de crear y crear, sino de conocer la legislación que tenemos en Colombia. Nuestra legislación es bastante estable, potente y robusta, y ayuda a proteger a los creadores.
Giovanni Molina
Hablemos del futuro. Un futuro impactado por la tecnología, nuevas generaciones, nuevos comportamientos, nuevos hábitos y los temas políticos. Todas estas influencias moldearán lo que está por venir.
Entonces, ¿cómo te imaginas el futuro? ¿Qué crees que cambiará y qué permanecerá igual? ¿Cómo será la experiencia de leer y qué significará para nosotros?
Adriana Ángel
En un futuro no muy lejano, tendremos que seguir aprendiendo sobre las nuevas tecnologías. Debemos abrir nuestra mente a estas nuevas herramientas de comunicación, marketing, difusión y producción de nuestro quehacer diario.
Como mencioné al principio, uno de los temas centrales de las jornadas profesionales será el trabajo colectivo. Cada vez entendemos más que, si trabajamos en conjunto, desde lo colectivo, se potencian más las cosas. Crear redes y conjuntos de trabajo es esencial. No solo en Colombia, sino también entre países.
Actualmente, hay más asociaciones de librerías, libreros, cámaras del libro y ferias que se agrupan para compartir experiencias. Creo que hacia allá vamos, no mirando hacia adentro, sino hacia afuera.
Trabajemos unidos y así consolidamos más los proyectos a largo plazo. Es fundamental que los proyectos que se están gestando en todos los rincones del país permanezcan y crezcan, y no se agoten. Esto solo sucederá mediante el trabajo colectivo, apoyándonos mutuamente. Es decir, que desde Bogotá apoyemos a Ipiales, Ipiales acompañé a Tumaco, Tumaco apoya a Manizales, y así. Es importante que entendamos que somos un mismo territorio, que podemos compartir experiencias y darnos la mano para mantenernos y crecer desde cualquier rincón del país.
El trabajo que se viene haciendo desde las librerías, las ferias del libro, las bibliotecas y todas las entidades que trabajan por la promoción del libro y la lectura en el país tiene un compromiso claro: la asociatividad.
Giovanni Molina
Hemos llegado al final de nuestra entrevista, Adriana. Nuevamente muchas gracias por este espacio y la información valiosa que nos brindaste. Deseo muchos éxitos para ti.
Adriana Ángel
A ustedes por esta invitación, estuvo muy bonita la charla.
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