El enfoque fiscal de una empresa ya no es sólo una cuestión de cumplimiento. En el contexto del imperativo medioambiental, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés), se está convirtiendo en un poderoso indicador de cómo una empresa ve su papel en la sociedad y su compromiso con su propósito. Es un elemento crítico de la contribución social de una empresa, parte de la "S" de ESG.
La obtención de esta narrativa tiene importantes ventajas. Considerar la información fiscal a través de un lente ESG tiene el potencial de contar una historia más holística y relevante sobre el propósito de una empresa, creando así confianza y a diferencia de, por ejemplo, un compromiso de emisiones netas cero, que podría llevar años documentar y lograr, la "huella" fiscal de una empresa -cuánto se paga de impuestos y a quién- es algo sobre lo que las partes interesadas piden cada vez más a una empresa que informe. En consecuencia, los inversores se fijan cada vez más en la forma en que las empresas gestionan sus asuntos fiscales como un primer indicador de cómo podrían gestionar otros aspectos de la agenda ESG.
Por lo tanto, la creación de confianza en la información fiscal tiene el potencial de traducirse en la creación de confianza en otras áreas. Y los informes ESG presentan una nueva oportunidad para replantear los informes fiscales como algo positivo para las empresas, y ya no como algo a lo que temer. Forma parte de un movimiento más amplio para alinear mejor a las empresas con las sociedades en las que operan y los ciudadanos a los que sirven.
No hace tanto tiempo que la información fiscal se dirigía a los inversores y se centraba principalmente en el tipo efectivo del impuesto de sociedades. Eso ha cambiado porque el contexto ha cambiado. Hoy en día, la información fiscal debe dirigirse cada vez más a un público más amplio, incluidos clientes y empleados, y puede abarcar temas como la estrategia y la gobernanza, además de las cifras. Se trata de un tema complejo, y las empresas no deben subestimar el tiempo que puede llevarles recopilar y analizar los datos fiscales y, a continuación, explicarlos de forma que generen confianza y sean significativos para sus inversores y otras partes interesadas.
Hay tres formas en las que un enfoque de información ESG puede mejorar la transparencia y afectar a la forma en que se considera la información fiscal. En primer lugar, aumenta el alcance de la información a factores materiales no financieros, como las emisiones de carbono y la diversidad racial y de género en el lugar de trabajo, que a su vez tienen implicaciones fiscales. En segundo lugar, pone de relieve el vínculo entre la gobernanza y la transparencia, que es la base de la confianza. Y en tercer lugar, un enfoque basado en ESG para la información fiscal es algo más que la publicación de datos; se trata de tener una estrategia fiscal, y una narrativa en torno a esa estrategia, que están alineados con los valores generales de la empresa.
La naturaleza de los informes sobre ESG - especialmente a medida que la información se codifica y estandariza - también permite realizar comparaciones más rigurosas de los resultados de las empresas en función de una gama mucho más amplia de criterios. Esto, a su vez, da a las partes interesadas un mayor margen para sacar conclusiones no sólo sobre los resultados financieros de una empresa, sino sobre su sentido de la responsabilidad social y de los objetivos. Los informes ESG también ayudan a las empresas a saber cuál es su posición en relación con sus pares y competidores.