COVID-19 pone un mayor énfasis en salud mental

Las compañías deben enfocarse en los factores sociales que pueden influir en el rendimiento del colaborador

La crisis de COVID-19 forzó a las organizaciones alrededor del mundo a tomar decisiones inmediatas sobre cómo proteger a sus colaboradores de un patógeno misterioso, de rápida propagación y en ocasiones mortal. Entre sus acciones está requerir a sus colaboradores y clientes por igual utilizar cubiertas faciales, implementar pruebas, adoptar mejores prácticas de higiene, implementar aplicaciones de monitoreo y reporte de salud, y promover el trabajo desde casa. En pocas palabras, los negocios actuaron rápidamente sobre los determinantes sociales de la salud adaptando políticas y entornos físicos para proteger el bienestar de los colaboradores y clientes.

En los últimos años, los determinantes sociales de la salud, que alguna vez fueron en gran parte el ámbito de los gobiernos y las organizaciones de servicios sociales, han comenzado a llamar la atención de los empleadores. Como señala un reporte de PwC de 2019, los negocios tienen un papel que desempeñar, no sólo como actores individuales para abordar los factores sociales que afectan la salud de los trabajadores, sino como socios en colaboraciones para abordar necesidades de las comunidades. El brote de COVID-19 intensifica la urgencia de los colaboradores para tratar estos temas. Esto se debe a que más allá de amenazar directamente la salud de los colaboradores, la pandemia agrava muchos factores sociales que pueden hacer daño al bienestar de la fuerza laboral y la comunidad.

Así como enmarcamos el Día Mundial de la Salud Mental el 10 de octubre, es importante señalar que la salud mental ya era un determinante social importante antes del COVID-19. Mundialmente, casi mil millones de personas han sufrido de un trastorno mental, 3 millones de personas mueren cada año por el abuso del alcohol, y una persona muere cada 40 segundos por suicidio, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, Unidos por la Salud Mental Global y la Federación Mundial de Salud Mental. Aún así, los países gastan en promedio sólo 2 por ciento de su presupuesto de salud en salud mental. En países de bajo o mediano ingreso, más del 75 por ciento de las personas con trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias no recibieron tratamiento para su condición.

La pandemia agravó el tema. “La salud mental y el bienestar de sociedades enteras han sido impactadas severamente por esta crisis y son una prioridad a tratar urgentemente”, establece un informe de políticas de las Naciones Unidas sobre el tema.

El bienestar mental y los negocios se intersectan

Aun antes del COVID-19, la salud mental fue reconocida como un problema social con implicaciones comerciales. La ansiedad y depresión del trabajador están ligadas con incremento en tasas de ausentismo, rotación de personal, distracción y bajo rendimiento en el trabajo. La economía global pierde alrededor de un billón de dólares anuales en productividad por la depresión y la ansiedad, de acuerdo al Banco Mundial. Además, se estima que los trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias contribuyen a pérdidas de producción económica anuales de entre 2.5 billones y 8.5 billones de dólares mundialmente.

Esto ocurre a pesar de que cada $1 invertido en un tratamiento ampliado para trastornos mentales comunes, como la depresión y la ansiedad, produce un retorno de $5 en mejora de la salud y la productividad, según la Organización Mundial de la Salud, Unidos por la Salud Mental Global y la Federación Mundial de Salud Mental.

Muchos empleadores en años recientes han intentado abordar el tema de bienestar mental del colaborador. La mayoría (95%) de los empleadores alrededor del mundo ahora incluyen programas de salud mental y emocional en sus programas de bienestar corporativo, de acuerdo a una encuesta de Fidelity Investments y Business Group on Health, llevada a cabo entre octubre 2019 y enero 2020. Esta encuesta encontró que para 2020, 69% de los 152 empresas participantes planea proporcionar teleterapia de salud mental, y 50% planea ofrecer asistencia para el manejo del estrés. Adicionalmente, el 78% de los empleadores incluye el equilibrio entre la vida laboral y personal dentro de sus plataformas de bienestar en forma de apoyo al cuidador (46%, programas y herramientas para nuevos padres (36%) y apoyo para el cuidado de niños (35%).

En todos estos esfuerzos, la pandemia sin duda ha aumentado los desafíos. El bienestar de los colaboradores está siendo amenazado por la posibilidad de que ellos o sus seres queridos contraigan el virus, por una seguridad laboral reducida en una economía incierta, y por los nuevos obstáculos para el cuidado de los niños que plantean el trabajo remoto y la continuación del aprendizaje en línea en muchas escuelas. Los requerimientos de distanciamiento social y teletrabajo están agravando el aislamiento social. También existe un aumento de riesgos de violencia familiar y doméstica.

En una encuesta a 1,210 personas de 194 ciudades en China al inicio de la pandemia, el 54% clasificó el impacto psicológico del brote como moderado o severo. En el Reino Unido, la Oficina del gobierno para Estadísticas Nacionales encontró que casi 20% de los adultos estaban experimentando alguna forma de depresión en junio – casi el doble del nivel pre-pandemia. Una encuesta de marzo y abril llevada a cabo por la firma de EE.UU. Qualtrics de 2,000 colaboradores en Australia, Francia, Alemania, Nueva Zelanda, Singapur, el Reino Unido y los EE.UU. encontró que 41.6% creía que su salud mental había declinado desde el brote de COVID-19.

La creciente ansiedad está perjudicando el desempeño del colaborador. En los EE.UU. solamente, la atención sostenida entre los trabajadores – el motor de la realización de tareas – bajó 31% para agosto, comparado con los niveles pre-pandémicos de febrero, de acuerdo a hallazgos del Índice de Salud Mental: Edición del Trabajador de los EE.UU. tabulado por Total Brain, una plataforma de una plataforma de autocontrol y autocuidado. La planificación, definida como la capacidad de tomar decisiones e impulsar una estrategia, bajó 15% durante el mismo período.

Los empleadores anticipan que el aumento en la presión de la salud mental causará que más colaboradores busquen servicios en los próximos 12 meses, de acuerdo con el reporte de PwC de junio sobre tendencias de costos médicos. En una encuesta llevada a cabo por el PwC Health Research Institute, 12% de los consumidores de los EE.UU. con seguros de empleadores dijo que buscaban ayuda para su salud mental como resultado de la pandemia.  Otro 18% reportó planes para acceder a cuidado de salud mental.

El aumento de la utilización presionará aún más los resultados de las empresas y las arcas de los gobiernos, además de exacerbar la presión sobre las aseguradoras. En Victoria, Australia, el estado con la mayor cantidad de casos de COVID-19 en el país, el gobierno federal recientemente designó AUD$26.9 millones (US$19.3) a 15 nuevas clínicas de salud mental para poder satisfacer la creciente demanda de servicios provocada por el brote, parte de un paquete de salud mental de $31.9 millones (US$22.8 millones) para la región. Además, se implementaron cambios en telesalud para permitir que la atención primaria se brinde de manera virtual y se financie. 

Las compañías dan un paso al frente

Dada la magnitud del impacto de la pandemia en la salud mental, los empleadores se están embarcando en nuevas iniciativas o reforzando programas existentes. Las compañías han utilizado diversos enfoques, incluyendo alentar a los colaboradores a tomar tiempo libre por su salud mental, hacer reuniones virtuales para abordar las preocupaciones de los colaboradores y expandir los beneficios y programas de salud de los trabajadores (especialmente los digitales).

En abril, Starbucks empezó a ofrecer a sus colaboradores de EE.UU. y familiares elegibles acceso a 20 sesiones gratuitas al año a través del proveedor de beneficios de salud mental Lyra Health basado en California, el cual ofrece citas virtuales y lecciones digitales. Starbucks también hizo disponibles sesiones de entrenamiento relacionadas para los gerentes de tiendas en los EE.UU. y Canadá, en sociedad con el Consejo Nacional para la Salud del Comportamiento.

PwC Estados Unidos introdujo nuevos beneficios para abordar las necesidades de los colaboradores durante COVID-19 al redistribuir coaches ejecutivos para proporcionar sesiones individuales y en grupo sobre coaching de bienestar, expresó Michael Fenlon, Director de Recursos Humanos, en una reciente entrada de blog. PwC Reino Unido ha puesto a disposición relojes Garmin a 1,000 colaboradores para monitorear cómo están lidiando con el estrés durante la pandemia. 

Debido a las nuevas formas de trabajar y la falta de definición entre los límites profesionales y personales, las compañías están buscando formas de ayudar a los colaboradores a conseguir tiempo libre para recargar. PwC India instituyó el verano pasado el “Pens Down Day”, en el cual los colaboradores fueron instados a tomar un viernes libre y cancelar todas sus reuniones.

En agosto, la oficina de Hong Kong de la aseguradora global AXA lanzó AXA BetterMe, una plataforma de bienestar con un grupo de programas que cubren bienestar físico, bienestar mental, y manejo de enfermedades crónicas. Esto incluye una herramienta de meditación de atención plena con módulos guiados por un instructor de yoga. La firma también ofrece una guía gratuita, de la cual también es autor el Columbia-WHO Center for Global Mental Health, para ayudar a las compañías a salvaguardar el bienestar de sus colaboradores cuando regresan al trabajo.

Por supuesto, los esfuerzos de los empleadores para abordar los temas de salud mental entre sus colaboradores, o abordarlos más ampliamente, cuestan dinero. Pero deben considerarse como inversiones que las compañías deben hacer para poder operar de forma segura en este nuevo entorno, al igual que proporcionar mascarillas o pruebas, o rediseñar el espacio de oficinas.

El costo de la inactividad – menor productividad, aumento de la rotación de personal, y ausentismo del colaborador – es alto. Los negocios pueden esperar recibir, en promedio, $2.30 por cada $1 gastado en iniciativas efectivas de salud mental para los colaboradores, de acuerdo a un reporte preparado por PwC Australia. El retorno de inversión aumenta a $3.60 para empresas de servicios financieros.

De hecho, la pandemia presenta una nueva oportunidad para que el gasto en salud mental sea más eficiente. A medida que los proveedores de atención médica alrededor del mundo abandonaron la atención en persona por servicios no esenciales para ayudar a frenar la propagación del virus, los gobiernos y los pagadores privados eliminaron las barreras a la atención virtual. El resultado ha sido un auge en la atención virtual, incluyendo el tratamiento de salud mental. Este cambio promete ahorros, porque la atención virtual suele ser menos costosa, como señala el informe de PwC Estados Unidos sobre tendencias de costos médicos.

Sin embargo, más ampliamente, las inversiones en salud mental envían una señal importante. En las economías basadas en servicios y basadas en el conocimiento, las mentes de los colaboradores son el mayor activo de las empresas. La inversión en el bienestar del colaborador se traduce en un mayor compromiso y creatividad, mayor productividad y mejores tasas de retención. También ayuda a las empresas a reclutar y retener el mejor talento, especialmente entre trabajadores jóvenes, muchos de los cuales esperan que sus empleadores consideren su estrés relacionado con el trabajo, y que tengan programas y políticas que apoyen el bienestar mental del colaborador.

No es suficiente simplemente implementar un programa y ponerlo a disposición. El éxito de las iniciativas de bienestar mental depende en gran medida de la cultura del lugar de trabajo y el tono establecido por el liderazgo de la empresa. Sobre la base de una iniciativa de PwC Reino Unido lanzada en 2015, PwC Australia, en 2018, lanzó su programa Luz verde para hablar, una iniciativa destinada a eliminar el estigma de la salud mental. Involucró a 13 socios para que compartieran sus historias para mostrar a los colaboradores que abrirse sobre un problema de salud mental no perjudica su carrera. Estos socios se han convertido en los “promotores de la salud mental” con quienes los colaboradores pueden conectarse de manera confidencial para hablar sobre su bienestar. Este año fiscal, se alienta a todos los colaboradores de PwC Australia a completar un plan de bienestar, y todos los socios deben detallar las acciones que tomarán para “priorizar y apoyar la salud mental y el bienestar de nuestra gente” como parte del plan personal de socio.

Es importante tener un sentido de urgencia sobre este tema. Los empleadores están reconsiderando y reconfigurando sus organizaciones para el éxito en un futuro post-pandémico.  Al hacerlo, pueden dar una perspectiva fresca a la intersección de los problemas sociales y sus negocios, reflejando el mayor enfoque en los temas de ASG, y desarrollar nuevas estrategias que beneficien a sus colaboradores, sus comunidades y sus resultados finales.

Por Rana Mehta, socio y líder del cuidado de la salud para PwC India; Sarah Butler, socia y líder de la oficina para el cuidado de la salud para PwC Australia; y Damien Angus, socio con PwC Australia y asesor del cuidado de la salud para Strategy&, división de consultoría estratégica de PwC.

Publicado originalmente en strategy+business, revista de Strategy&, negocio de consultoría estratégica de PwC, con el título: COVID-19 places a heightened emphasis on mental health.

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