Han pasado ya varios meses desde que las compañías empezaron a implementar sus iniciativas de respuesta a la crisis COVID-19. Aunque en muchas partes del mundo el virus continúa presentando grandes retos económicos y de salud, los líderes de las compañías deben balancear tales urgencias con la necesidad de tomar un punto de vista más a largo plazo de las expectativas de su oficina. Para entender mejor esta dinámica, PwC condujo recientemente una Encuesta Panel de CEOs, donde se preguntó a casi 700 CEOs cómo cambiará el modelo de su negocio después de la pandemia. Sus respuestas dicen mucho sobre cómo evolucionará el futuro del trabajo.
Como líderes de pequeñas firmas privadas y de compañías públicas de más de US$1 billón, representando una sección diversa de industrias, países y regiones; estos CEOs toman las decisiones que redefinirán cómo y dónde se lleva a cabo el trabajo, con implicaciones para un número indeterminado de trabajadores. La encuesta reveló que los planes de los CEOs se enfocan en tres áreas clave: ser más digital y virtual, adoptar mayor flexibilidad y orientarse más hacia el empleado.
Las primeras dos prioridades se reflejan en los resultados de otra encuesta. Por ejemplo, 78% de los CEOs dijeron que consideran que el cambio a colaboración remota perdurará, y 61% dijo que creen que los lugares de trabajo con baja densidad llegaron para quedarse.
Estas tendencias destacan la importancia de la tercera prioridad identificada entre nuestros encuestados: orientarse más hacia el empleado. Específicamente, se preguntó a los encuestados sobre cómo lograrlo “expandiendo los programas de salud, seguridad y/o bienestar del empleado”. Cuando se les preguntó sobre acciones tomadas durante la pandemia, la encuesta descubrió que el 61% por ciento de las compañías contaba con programas de bienestar. Este enfoque en el bienestar, tanto durante la crisis como en el futuro, tiene sentido. Cambiar de manera fundamental la forma en que la gente trabaja requiere de su aceptación y confianza. Hacerse más virtual y flexible requiere que las compañías se enfoquen en el bienestar de sus trabajadores de formas nuevas y creativas, para ayudarlos a mitigar el estrés y prevenir el desgaste.
Cuando hablamos sobre iniciativas de bienestar en este contexto, no nos referimos a los programas con enfoque genérico utilizado por muchas compañías. Las compañías deberán adoptar un enfoque mucho más personalizado al bienestar del empleado. A los trabajadores les preocupa su creciente automatización, inseguridad del trabajo, la necesidad de mejorar sus cualificaciones profesionales, y la posibilidad de ser transferidos a nuevos roles. Al mismo tiempo, están intentando manejar cambios significativos en sus vidas personales, sea que tienen niños en casa educándose a distancia, que están cuidando a parientes mayores o de mayor riesgo, o están lidiando con el aislamiento de vivir y trabajar solos. Para apoyar el bienestar realmente como un beneficio significativo y sostenible, las compañías deberían ver al bienestar como algo más que proporciona alivio momentáneo. En su lugar, el bienestar debería ser algo que respalda a la gente a largo plazo.
El primer paso es pensar en tus trabajadores como individuos. Una forma efectiva para que los líderes de las compañías logren esto es desarrollar personas, o perfiles que incluyan detalles sobre el trabajo y las presiones personales, permitiendo un entendimiento más profundo de lo que los trabajadores necesitan, y cómo los diferentes escenarios pueden estar afectandolos. Para ilustrar esta técnica, consideremos a cuatro diferentes trabajadores y de qué forma sus experiencias personales durante la pandemia pueden influir sobre qué tipos de programas de bienestar y beneficios pueden prepararlos para la evolución que sus empleadores les están pidiendo.
Tom, un asesor financiero de 46 años, trabaja desde casa en los suburbios de Londres. Cuando cambió al teletrabajo al principio de la pandemia, sus métodos usuales de fortalecer las relaciones con los clientes terminaron, no más viajes ni cenas de negocios. A través de frecuentes videollamadas, Tom trabaja para guiar a los clientes que están ansiosos por sus inversiones y la creciente incertidumbre económica.
Tras bastidores, Tom está preocupado sobre su habilidad de mantener el negocio de su firma y hacerla crecer al mismo tiempo que coordina con su pareja el cuidado de sus dos niños de edad escolar.
Lena, una supervisora del call center de tecnología de 28 años, vive en Budapest. Su trabajo cambió drásticamente durante la pandemia, ya que miles de nuevos teletrabajadores causaron un aumento en la demanda de TI. Al inicio de la crisis, estaba trabajando desde casa, pero desde entonces ha cambiado a un horario híbrido, entre remoto y en persona, y como supervisora, está preparando horarios para su equipo y supervisando su proceso de regreso al trabajo. Los planes de Lena de mudarse a los EEUU están ahora suspendidos indefinidamente, su mayor preocupación es que su empleador intentará automatizar aún más las funciones de servicio al cliente. Lena busca cómo mantenerse relevante en su trabajo actual y adquirir nuevas habilidades para poder rediseñar su futuro.
Shannon, una enfermera de 50 años, es madre soltera de una hija adolescente y vive en Houston. Su rol presentó nuevos retos cuando su hospital experimentó un gran aumento en admisiones por casos de COVID-19 y estableció procedimientos para proteger al personal y a los pacientes. Reconociendo la necesidad para un aumento de capacidades de telemedicina, Shannon se dio a la tarea de entrenar a los doctores para consultas virtuales con los pacientes. Ella aprendió sola sobre el tema y se ha dado cuenta que tiene una facilidad para la tecnología. Está pensando en tomar un entrenamiento o clases formales al mismo tiempo que balancea su trabajo y las necesidades de su hija.
Ravi, un ingeniero de programas de 24 años, está en su primer trabajo profesional con una gran compañía de tecnología establecida en Pune, en el estado de la India de Maharashtra. Durante la cuarentena nacional de India, cuando todos tuvieron que trabajar desde casa, rápidamente se mudó con sus padres en Bombay en lugar de buscar la forma de compartir vivienda en esta ciudad. Ahora, en medio de las actividades de un hogar multigeneracional en una ciudad llena de problemas de infraestructura, lucha por mantenerse al día con las responsabilidades de su trabajo, y debe encontrar una forma de conseguir orientación y desarrollar relaciones profesionales sin interacción cara a cara.
Todos estos individuos han visto su vida cambiar drásticamente como resultado de la adopción por parte de su organización de modelos más digitales, virtuales y flexibles. Más aún, los retos que sus compañías están enfrentando hoy probablemente se vean diferentes mañana. Como escribió nuestro colega de PwC Blair Sheppard y sus coautores en su libro Ten Years to Midnight, existen cinco problemas globales urgentes que amenazan con cambiar drásticamente nuestro mundo: asimetría, disrupción, edad (demografía), polarización y confianza (Lo que PwC llama el marco ADAPT). La pandemia de coronavirus ha acelerado estas fuerzas, y la mayoría de las organizaciones deberán reconsiderar y reconfigurar muchos de sus enfoques tradicionales.
Los líderes de las compañías deberán considerar lo que quieren que su organización sea y cómo esta visión puede personalizarse para los trabajadores. Deben comenzar con las siguientes cinco acciones.
Para muchos líderes, la pandemia ha traído una serie de descubrimientos. La transformación digital que continuaban postergando o en la cual no invertían no solo ha empezado, sino que se ha acelerado. Muchos de los roles y las tareas que anteriormente eran llevadas a cabo personalmente, han transicionado a arreglos remotos. El punto de vista tradicional de los líderes de cómo se hace el trabajo en sus organizaciones, se ha eliminado, creando espacio para la creatividad e innovación.
¿Qué hay en el centro de todos estos descubrimientos? La gente. Real resiliencia frente a crisis actuales y futuras puede cultivarse únicamente si los líderes entienden los propósitos y retos de sus trabajadores – lo que necesitan de su empleador para vivir y trabajar bien.