La crisis económica y sanitaria del COVID-19 ha impactado a todas las industrias en México y el resto del mundo. Entre los sectores más afectados se encuentran el turismo (viajes, hospedaje y ocio); el comercio minorista, mejor conocido como retail; el sector de los bienes de consumo envasados, y el agroindustrial.
Esto obliga a las industrias a replantear de manera urgente sus estructuras de costos y fuentes de ingresos para continuar sus operaciones y navegar la incertidumbre actual.
El cierre obligatorio de restaurantes, tiendas departamentales, hoteles y otros establecimientos no esenciales ha provocado una disminución en sus ventas, ingresos y perspectivas a futuro.
Se ha tenido caídas de 5% en supermercados y hasta del 21% en el sector de retail
El sector automotriz presenta mayores afectaciones, al reportar más de 40% de pérdida de valor en el precio de las acciones
El sector agroindustrial experimentó un incremento de sus exportaciones ante una mayor demanda de alimentos
No obstante, los negocios que tienen una penetración digital, a través del e-commerce, tienen mayor resiliencia para mitigar los posibles impactos del COVID-19. Esto representa una oportunidad no solo en el corto plazo, sino también para asegurar su supervivencia en los próximos años.
Además de entender al nuevo consumidor, las empresas deberán de redefinir su estrategia de crecimiento para salir victoriosas en la incertidumbre y emerger fortalecidas.
Las compañías que tengan un crecimiento sostenido en los próximos años serán aquellas que puedan adaptarse a la nueva normalidad, apalancándose de sus capacidades diferenciadoras.